En el camino hacia a Andorra y al pie del Canigó, montaña sagrada de los catalanes del norte, se encuentra el valle del Tet. En la llanura del Ribéral, el huerto del departamento se extienden los campos de melocotoneros y albaricoques hasta el horizonte. Cerca de Ille-sur-Tet admiramos una curiosidad, capricho de la naturaleza los órganos, tallados por la erosión en la piedra caliza frágil. Un poco más lejos, Prades os invita a descubrir su tesoro barroco y sus joyas de artesanía local, del que la piedra ornamental es el granate www.joyaux-catalans.fr . Villefranche-de-Conflent, fortificada por Luis XIV para proteger la nueva frontera franco-española definida en el Tratado de los Pirineos, la abadía de Saint Michel de Cuxa y el monasterio de San Martín du Canigou son lugares históricos con un patrimonio extraordinario.